martes, 25 de agosto de 2020

Los gallinazos sin plumas - Julio Ramón Ribeyro

 En esta entrada tocaremos uno de los cuentos más conocidos del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro. Fue escrito en 1955 y recopilado posteriormente en un libro llamado "La palabra del mudo".



Este cuento nos narra la historia de Efraín y Enrique, dos niños que viven con su abuelo quien los obliga a trabajar recogiendo desperdicios de los basureros para alimentar a un cerdo llamado Pascual. Este cerdo necesita ser engordado para luego poder venderse y de esa manera levantar la economía de esa casa.

El texto inicia de forma alegórica mostrándonos en breves palabras el escenario donde se desarrollarán los hechos: «A las seis de la mañana la ciudad se levanta de puntillas y comienza a dar sus primeros pasos. [...]». Esta primera oración ya nos empieza a indicar que nuestros protagonistas son personas que por lo general realizan sus actividades muy temprano en la mañana. Continuará con la explicación de la labor de Efraín y Enrique, sus andanzas, sus anécdotas y el comportamiento que tiene el abuelo con ellos. El conflicto del relato empieza el día que Efraín pisa un vidrio rota que le ocasiona una herida en el pie. El abuelo no va a tener piedad del niño e insistirá en que siga trabajando. Esto solo provoca que Efraín no pueda trabajar más por lo que Enrique decide ir solo, inclusive arriesgándose a ir al muladar, es aquí donde conocerá un perro al que llamará Pedro y lo llevará al hogar para que sea compañía de su hermano. La situación se complica cuando Enrique enferma y ya no hay quien traiga desperdicios para alimentar a Pascual, el cerdo que cada día chilla y chilla más por tener abundante alimento. El abuelo no tiene un ápice de bondad y deja a los niños sin comida hasta que trabajen, llega a tal punto que él mismo trata de ir a la calle pero es derrotado porque carece de la habilidad de sus nietos de escapar de la baja policia. Finalmente veremos que ante tanta insistencia, Enrique volverá a salir a recoger los desperdicios pero al regresar encontrará al abuelo tranquilo, a su hermano llorando y al cerdo devorando algo en el chiquero. Desgraciada sorpresa es la que se lleva al descubrir que su perro Pedro estaba sirviendo de alimento al cerdo Pascual.

El cuento termina con Enrique empujando al abuelo al chiquero, cargando con su hermano Efraín y huyendo del lugar sin un destino fijo.

Comentario

Este cuento puede que nos esté haciendo una alegoría al maltrato y la explotación. Tomando los personajes de Efraín y Enrique, ambos hermanos representarían al trabajador explotado que poco importa al patrón y que dada su condición marginal, poco valor tienen en la sociedad. Estos niños son como verdaderos gallinazos sin plumas, rondando entre la inmundicia tratando de conseguir algo que pueda serles útil tanto para contentar al abuelo como para su propia sobrevivencia.

El abuelo, por otro lado, representa ese patrón inhumano que solo observa los frutos del trabajo pero no ve a los sujetos que la realizan. Sin embargo, el abuelo también es un personaje que sufre de marginación, vive en un ambiente deplorable pero su condición de aparente superioridad sobre los nietos le confiere ese carácter y ese desquite de su frustración sobre ellos.

Por otro lado, el cerdo representaría el mundo capitalista que se traga el esfuerzo de trabajadores y patrones, que solo busca engordar y engordar a cambio de dignidad, salud e inclusive la propia vida si recordamos que Pascual termina devorando a Pedro, el perro, que nada tenía que ver con el problema del hambre.

Si hacemos mención al último párrafo del cuento, no queda claro si Pascual se come o no al abuelo, de mi punto de vista, que esto haya sucedido es lo más probable dado que el cerdo estaba muy hambriento y el abuelo no tenía las fuerzas suficientes para ponerse de pie y escapar del chiquero. Considero que el autor no menciona esta escena explícitamente para que los lectores hagan uso de su imaginación e interpretación y darle el final que cada uno crea conveniente al abuelo.

Este es un cuento que vale mucho la pena leer porque nos enseña mucho, nos llena de diversos sentimientos y por sobre todo, nos lleva a reflexionar sobre el sentido de nuestra sociedad y como es que existen muchas personas que están marginadas de ella y sufren una repudiable explotacion.

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